martes, 25 de junio de 2013

Cosas del querer

Hace poco me encontré revisando mails viejos (realmente viejos), y halle un relato que estaba de moda por aquellos tiempos que hablaba sobre que lo peor que te puede decir una mujer es "te quiero como amigo". La verdad que era muy gracioso...pero la cuestión es que me hizo recordar una cosa que venia pensando a hace un tiempo.
Uno desarrolla su vida queriendo a otras personas. Primero aparecen los padres, le siguen los hermanos, los parientes, los amigos, los compañeros,los amores, matrimonios, etc.
En términos psicológicos, este querer, se vincularía con la idea del libido. Según la wiki, es algo así como: ...la energía de la pulsión, o más propiamente, al afecto ligado a la transformación energética de las pulsiones, cuya meta original es siempre sexual (si bien puede ser «desexualizada» secundariamente, lo que implicaría siempre una renuncia o compromiso y un esfuerzo para canalizarla de manera diversa). 
Bueno, Freud como que tenia esta idea de que todos en el fondo se la queremos dar a todo lo que se nos cruce en el camino. Lo que varía es la energía (Pulsión) que uno le pone a ese objeto. Es decir, la cantidad de libido que uno pone sobre tal.
Entonces, en nuestra vida...uno va poniendo libido sobre objetos o personas, y ahí podríamos decir que se va vinculando con la idea que tenemos del "querer".
Ahora, en algún momento las personas empezamos a bastardear estas nociones. Las utilizamos para resolver situaciones, expresarnos sentimentalmente, delimitar intenciones, entre otros tantos usos. Por ejemplo, encontramos ese famoso "te quiero" pero como amigo.
Imponemos esa condición, el "pero" y le agregamos el "como". Situación que se vuelve complicada en ciertos momentos. ¿Cuando sucede esto?...el más claro ejemplo, y que llega a nuestras vidas casi como una paradoja incomprensible, es cuando "queres" a alguien, pero no sabes "como". La mente comienza a realizar hipótesis, del tipo de "¿estaré enamorado?", "¿siento un lazo de sangre entre nosotros?" o "¿complementa gran parte de mi vida?"; entre otros, muchas veces preguntas sin solución.
¿Que respuesta elucubré sobre esto? ... Uno cuando quiere a una persona, que pone su libido en ella, o lo que fuere, significa que la quiere y nada más. ¿De que sirve andar cuantificando o cualificando el querer?...la queres, o no la queres, Punto. Basta de excusas, basta de bastardear el querer, uno puede querer a un amigo, puede poner mucha pulsión en su mejor amigo, como así puedo poner todo su libido en una sola persona particular y casarse con ella. Esto estará determinado por las circunstancias, que en una próxima entrada me encargare de desarrollar. 
En síntesis, no debemos querer a las personas que nos rodean "como" algo, debemos quererla por que eso sentimos, es más, hacerlo saber. Pero si lo vamos a utilizar para poner limites, me parece una estrategia un tanto equivocada. No nos pongamos perímetros que pueden ser dialogados, especificados. Creo que uno de los peores sentimientos que existen es ese que uno siente, cuando queriendo a una persona y sin tener intensiones ocultas (con las cuales se relamería Freud), esta otra te ponga un cerco, un prohibido pasar. En todo caso, si llegara una situación de confusión, hay miles de maneras de resolverla sin tener que tocar el "querer". No hay nada mejor que ser querido, y también hacer querido a alguien más. No le pongamos una aurora defensiva a las relaciones, la gente se entiende entre si, no hace falta catalogar. Y sobre todo, no se es cruel diciendo la verdad, siendo francos. De verdad...Quiéransen. 

No hay comentarios: